jueves, 8 de noviembre de 2012

Recuerdos de Burguillos


   El insigne escritor sevillano Antonio Machado, en la construcción de su mundo poético, configuraba los recuerdos como aquellas partes del pasado que habían sido tamizadas por la criba de la memoria. Es decir, no todo lo que nos ha sucedido desde que tenemos uso de razón se retiene, sino sólo aquello que por su importancia o significación aguanta el paso inexorable del tiempo y va acumulándose en nuestro bagaje vital. Viene esto a cuento porque el que fue cura párroco de Burguillos en los años sesenta, D. Francisco Carretero Mesa, ha publicado un libro autobiográfico con motivo de las bodas de oro sacerdotales (cuya portada reproducimos junto a este texto) y en el mismo dedica un capítulo a rememorar su paso por Burguillos, nombrando, por supuesto a nuestra Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Santísima Virgen del Rosario Coronada. Por su interés reproducimos un muy emotivo párrafo: 
   "Le envío mi afecto y cariño a todo el pueblo, del que guardo gratos recuerdos, y en especial de todas aquellas gentes que estuvieron muy cerca de mi y me ayudaron, incluyendo a los que ya están en la otra vida. Todo se acaba y, tras cuarenta y un años de mi salida de Burguillos, sigo unido a la que es madre de todos, la Santísima Virgen del Rosario, que forma parte de mis cincuenta años de sacerdote. "
   Ahí queda eso, que no es sino el reflejo de algo que hemos comprobado muchas veces: todo el que pasa por Burguillos se lleva prendida en el corazón la más hermosa y antigua de nuestras tradiciones, que es la secular devoción que le profesamos en este blanco rincón a Ntra. Sra. del Rosario. Alguno me dirá exagerado, y hasta me alegará la existencia de una excepción, sin darse cuenta que no hacen sino confirmar esta regla probada. Resulta en este sentido curioso el caso de los distintos párrocos que he conocido: D. Ángel Gómez no deja de acudir cada Domingo de Romería para rezarle a la Señora cuando baja solemne por la Calle Portugal; D. Francisco Navarro suele acompañamos en esas mañanas de Virgen en Burguillos ("hace falta decir más", con esta frase gustaba referirse a ese viernes glorioso), y que decimos de D. José Luís de la Mata, que tuvo durante su estancia en Roma nuestra medalla en la cabecera.
   Claro que, para rematar el cuadro, puedo contar una anécdota reveladora. Veréis, cuando nos aprestábamos a celebrar el cincuentenario de la Romería, en 1991, conseguí la dirección del fundador de la misma, D. Francisco Medina, cura de Burguillos en 1941. Llamé a la puerta de su casa, situada en los límites de Triana, abriéndome él mismo. Me presenté diciendo en primer lugar: soy de Burguillos. No me dejó continuar, con una sonrisa dibujada en su cara, me preguntó: ¿Y la Virgen del Rosario? Yo por poco lo saco a hombros, y es que verdaderamente me emocionó que las primeras palabras de aquel hombre de la Iglesia, que llevaba justamente cincuenta años lejos de nuestro pueblo, fueran para la que es Madre de Dios y Reina eterna de Burguillos.
   Cabría preguntarse por qué ocurre esto. No lo sé, pero quizá los tiros vayan por la misma razón que convierte cada mes de septiembre en el presagio seguro de la gloria y los días soñados de octubre en el pórtico del cielo. Seguramente, será por ese hilo invisible que trenza la unión indivisible ente Burguillos y la Santísima Virgen del Rosario, pues a pesar de llevar más de cuatro siglos velando por nosotros desde la Iglesia y de ser la vecina mas antigua e ilustre de este pueblo, resulta que está más viva que nunca, presente siempre en el alfa y omega de las vidas de sus hijos, pareciendo muchas veces, cuando engalanada sale de su casa para pasearse por las calles, que fue ayer cuando aquí llegó de lozana, hermosa y bella que luce sobre su paso.
MIGUEL VELAZQUEZ PRIETO